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Permacultura para una educación centrada en la vida

Actualmente el mundo se enfrenta a un reto muy importante: dar una respuesta positiva y sostenible a la crisis ecológica, social, cultural, económica y política que vivimos. Necesitamos un cambio de paradigma; dejar de pensar en acciones individuales para pensarnos parte de un sistema mucho más grande que es el planeta. Es necesaria una transición desde el modelo antropocéntrico, de consumo y de crecimiento ilimitado, individualista y desconectado de la vida, hacia un nuevo modelo centrado en la vida y en las relaciones de interdependencia que se generan dentro de todo sistema vivo y sano. Y en todos estos cambios, la educación tiene un papel fundamental. Necesitamos una educación sostenible y para la sostenibilidad de la Tierra y de las comunidades humanas.

La permacultura, con su visión holística y pensamiento sistémico, permite acompañar el crecimiento y el aprendizaje de una infancia conectada con la vida. Las éticas de la permacultura son una poderosa herramienta para transformar la educación y la manera en que acompañamos a niñas y niños. Es decir, creemos en la necesidad de que el aprendizaje sea a través de la observación y la acción en el entorno natural y social basándonos en el cuidado de una misma, de la tierra y de las demás personas.

La permacultura, como herramienta, nos ayuda también a acompañar el desarrollo de la consciencia ecológica, de la conexión con la naturaleza a través de la observación de sus patrones naturales y a potenciar la interdependencia de la comunidad y las redes de apoyo como una herramienta básica de supervivencia del ser humano.

Creemos en una educación que fomente la vida plena sin dañar a la Tierra y al resto de los seres vivos. Que ayude a desarrollar habilidades para hacer frente creativa y colectivamente a esos retos, sin perder de vista la conexión con nuestro yo.

Por eso, en el anillo de educación de Permacultura Íbera estamos trabajando para incidir en el modelo educativo y hacer presente la permacultura en la educación formal y no formal. 

Una educación más conectada con los patrones naturales y diseñada siguiendo los principios y éticas de la permacultura será, en definitiva, una educación centrada en la vida.