Actualmente el mundo se enfrenta a un reto muy importante: dar una respuesta positiva y…

Aula Viva. Permacultura y Educación
Durante las últimas convergencias, hemos ido viendo un aumento en el interés de tener más presencia e influencia en el ámbito de la educación a través de la permacultura. Por eso desde el anillo medio de Permacultura Íbera hemos ido trabajando para crear un espacio en el que podemos evolucionar en este aspecto, con el objetivo de incidir en el ámbito educativo.
En la pasada CEP 2019, abrimos un nuevo Anillo, el de Educación, desde donde nos hemos planteado diferentes líneas estratégicas. Una de ellas, es crear procesos de reforma de Escuelas y adaptación del currículum a CC. Para celebrar la apertura de este nuevo anillo aquí mostramos un ejemplo de un proyecto inspirador que ha estado trabajando en esta línea estratégica en Barcelona.
Esperamos que éste sea el primero de muchos proyectos que podemos visualizar en este anillo, inspirando y cambiando el paradigma de la educación, hacia unas escuelas, institutos y universidades que beneficien la recesión del cambio climático, y estén adaptadas a las nuevas condiciones de vida que éste nos traerá.
Aula Viva
Mucho más que un huerto
Premio Ciudad de Barcelona a la innovación pedagógica 2019
El Aula Viva nos da un ejemplo de cómo a través de la Permacultura y la Agroecología escolar, podemos cooperar para crear espacios más saludables en plena ciudad de Barcelona.
Desde la asociación Jardins d’Emma, surgió la iniciativa de formar el proyecto de transformación urbana “Escuelas mejorando el verde urbano”, que fue finalista durante los presupuestos participativos de la Eixample de Barcelona 2016-2017. Actualmente el proyecto continúa activo y poco a poco se van ampliando las escuelas e instituciones que participan.
El proyecto se ejecuta esencialmente en la Avenida de Roma, donde se diseñó y construyó un huerto urbano junto con el alumnado de la escuela Els Llorers, lo cual sitúa a las niñas y niños en plena calle de la ciudad dentro de su horario escolar. Sin embargo Aula Viva no es tan solo un huerto escolar, éste es sólo uno de los elementos para generar un espacio comunitario autogestionado, en el que intervienen las entidades, escuelas, comercios y particulares, haciendo partícipe a todos las agentes que viven y pisan cada día ese territorio. El proyecto pretende empoderar a las vecinas para que recuperen sus espacios públicos, pacificando de coches las calles, produciendo parte de su comida y creando espacios sanos, de gestión y celebración comunitaria.
Ha sido un trabajo de ecología urbana y gestión emocional llevado a cabo por Julia Volpe y Oriol Ferrando como educadores y Martín Ardanaz como coordinación.
Uno de los primeros trabajos antes de comenzar fue crear el programa pedagógico y la metodología a seguir con los alumnos durante el curso. Para ello se redactó un currículum transversal, donde las asignaturas de la escuela, se entrelazan con técnicas de permacultura, agroecología, educación ambiental, horticultura urbana ecológica, y gestión emocional. El primer curso se ejecutó durante los meses de Octubre a Mayo del 2017-2018. A través de la participación del alumnado de 5º y 6º de la escuela, se tomaron las decisiones más significativas para hacer la transformación del paisaje urbano. Desde el inicio los propios alumnos y alumnas de la escuela han sido los protagonistas rompiendo el hielo, diseñando e implementando la transformación del espacio a través de un proceso participativo.
El programa general
Después de crear un currículum transversal como recurso pedagógico, se definieron los objetivos y el plan estratégico con las acciones definidas para hacerlo. Las acciones fueron repartidas durante el curso escolar y distribuidas por trimestres en formato de diseño incremental. Se partió de un patrón general en formato de calendario con cabezales de actividades que se fueron definiendo al detalle durante el transcurso del año. Para cada sesión se hizo una ficha con el fin de tener un recurso para evaluar y utilizar en los siguientes cursos o en otros espacios.
Al comienzo de cada sesión se exponían las tres éticas de la Permacultura y al concluir se utilizaban para evaluar cómo había ido y cómo se habían sentido al respecto.
Las tres éticas de la Permacultura son:
- Cuidado a la tierra
- Cuidado a las personas
- Reparto equitativo de los recursos
El proceso general de implementación del proyecto constó de cinco bloques:
- Observación y Análisis del entorno
- Diseño colaborativo
- Acción comunitaria
- Mantenimiento
- Evaluación y mejoras
Desde la primera persona los alumnos observaron y reflexionaron sobre las características del entorno. Con ello aprendieron conceptos básicos de horticultura y mapeo y generaron recursos para poder utilizarlos después en la transformación del espacio.
Una vez conocieron y se familiarizaron con el espacio, pasamos al análisis con algunas herramientas de permacultura como el análisis de sectores y los flujos. A través de este análisis los alumnos reflexionaron sobre cómo era el tránsito de los peatones dentro del espacio, el recorrido del sol y las sombras, la dirección de los diferentes vientos, la dirección de los diferentes tipos de contaminación y las vistas deseadas e indeseadas. Con esta herramienta se pudo plantear unos diseños más realistas, viendo dónde era la mejor ubicación para situar los elementos que se querían introducir.
Una vez entendida la situación del área donde iban a intervenir, entre todas las alumnas se diseñó el espacio y se decidieron las zonas concretas de actuación.
Con la participación de todo el alumnado, y a través de técnicas de permacultura y agroecología, se acabaron de perfilar detalles y se implementaron las diferentes acciones elegidas: decorar el espacio con elementos y carteles que sensibilizan a las vecinas, plantar en los alcorques de los árboles, crear jardineras botiquines de plantas medicinales, plantar árboles frutales, crear un vivero y un huerto central.
El mantenimiento fue la parte más compleja. En esta tarea, además del alumnado de la escuela, también intervinieron las vecinas del barrio, especialmente en las épocas de verano cuando las plantas quedan desatendidas por el colegio debido a las vacaciones escolares. Las vecinas y algunas familias de la escuela se fueron organizando para mantener vivas las plantas y frutales, y poco a poco se fueron empoderando y responsabilizando para tener el espacio limpio y recogido.
Las últimas sesiones del curso escolar se centraron en evaluar y reflexionar sobre los resultados de las intervenciones para mejorar su causa, seguimiento y mantenimiento.
El proyecto ha tenido muy buenas críticas entre las familias de la escuela y las vecinas y fantásticos resultados. De hecho obtuvo el reconocimiento del Ayuntamiento de Barcelona con el Premio Barcelona a la innovación pedagógica. Sin embargo el punto más débil es la captación de miembros del barrio para llevar a cabo las actividades de mantenimiento durante los meses de verano. Desde el inicio del proyecto se ha intentado con diferentes estrategias pero el número de participantes fuera de la escuela ha sido muy bajo, cubriendo los mínimos de mantenimiento.
Actualmente Aula Viva se ha consolidado como asociación, y está ampliando el proyecto al barrio de Vallcarca, con la colaboración de la escuela Montseny, el Bosc Turull, el espacio Voltes, el huerto comunitario de La Farigola y la federación de vecinas. También contamos con la incorporación al equipo pedagógico a Helena Villasante, encargada de la continuidad del espacio de Avenida de Roma.
Esperamos que Aula viva sigua su curso, educando las futuras generaciones y contagiando a otras escuelas hacia la transformación de ciudades en ecosistemas urbanos sanos y sostenibles, con una buena calidad de vida para sus habitantes.
Si quieres participar ayudando a este proyecto, ponte en contacto con permaculturactiva.com
Por Oriol Ferrando – Anillo de Educación